Cualquiera que lo veía predicar jamás llegaría a pensar que gran parte de su ministerio Spurgeon lo llevó a cabo padeciendo una terrible enfermedad: la gota.
La gota es una enfermedad sanguinea, cauza hinchazón en las extremidades del cuerpo. Spurgeon, quien la vivía en carne propia, la describía como una molesta y dolorosa sensación de tener 'alfileres' bajo la piel. Los diáconos de la iglesia comprendían este situación y en varias ocasiones le pidieron que descansara por algunos días de sus labores. Habían domingos en la mañana en los que Spurgeon subía a la alta plataforma, con ese dolor molesto que se intensificaba con cada movimiento y paso, para predicar una vez mas la palabra del Dios Altísimo. En ocasiones la enfermedad no le permitía nisiquiera salir de la cama. En esas ocasiones, Spurgeon en lágrimas, continuaba escribiendo los artículos de la revista 'The Sword and the Trowel', los sermones y las cartas a contestar. Nunca le importó mas su condición enfermiza... Alcanzar las vidas humanas por el avengelio de Cristo fue su meta, su prioridad y objetivo. La enfermedad no fue excusa ni obstáculo... Spurgeon creyó al texto: 'Todo lo puedo en Cristo que me da las fuerzas'(Fil 4. 13)
martes, 3 de febrero de 2009
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